Queridos amigos:
Aquí les dejo una selección de textos fundamentales para conocer al hombre que Dios eligió para padre de su HIJO. Oro por cada uno de ustedes para que sus vidas se vean siempre bajo su paternidad y no duden nunca en:
¡"ir hacia él" !! ...
Lean, mediten y asimilen...realmente es poderoso...¡sin dudas!!...es que lo eligió Dios mismo.
¡El gran CUSTODIO sea con nosotros!!..
I. Textos bíblicos sobre san José :
(several languages)
Castellano :
a) EVANGELIO SEGUN SAN MATEO
Capítulo 1
1 Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham:
2 Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos.
3 Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de estos fue Tamar. Fares fue padre de Aram;
4 Aram, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón.
5 Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de este fue Rut. Obed fue padre de Jesé;
6 Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías.
7 Salomón fue padre de Roboam; Roboam, padre de Abías; Abías, padre de Asá;
8 Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de Joram; Joram, padre de Ozías.
9 Ozías fue padre de Joatam; Joatam, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías;
10 Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Josías;
11 Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia.
12 Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel;
13 Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacim; Eliacim, padre de Azor.
14 Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquim; Aquim, padre de Eliud;
15 Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob.
16 Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo.
17 El total de las generaciones es, por lo tanto: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta el destierro en Babilonia, catorce generaciones; desde el destierro en Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.
18 Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no han vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo.
19 José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
20 Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo.
21 Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados».
22 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta:
23 "La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel", que traducido significa: «Dios con nosotros».
24 Al despertar, José hizo lo que el Angel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa,
25 y sin que hubieran hecho vida en común, ella dio a luz un hijo, y él le puso el nombre de Jesús.
b) Capítulo 2
1 Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén
2 y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo».
3 Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén.
4 Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías.
5 «En Belén de Judea, –le respondieron–, porque así está escrito por el Profeta:
6 "Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel"».
7 Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella,
8 los envió a Belén, diciéndoles: «Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje».
9 Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño.
10 Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría,
11 y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra.
12 Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.
13 Después de la partida de los magos, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».
14 José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.
15 Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: "Desde Egipto llamé a mi hijo".
16 Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los mayor le habían indicado.
17 Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías:
18 "En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen".
19 Cuando murió Herodes, el Angel del Señor se apareció en sueños a José, que estaba en Egipto,
20 y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño».
21 José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel.
22 Pero al saber que Arquelao reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea,
23 donde se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo que había sido anunciado por los profetas: "Será llamado Nazareno".
Capítulo 1
1 Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham:
2 Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos.
3 Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de estos fue Tamar. Fares fue padre de Aram;
4 Aram, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón.
5 Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de este fue Rut. Obed fue padre de Jesé;
6 Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías.
7 Salomón fue padre de Roboam; Roboam, padre de Abías; Abías, padre de Asá;
8 Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de Joram; Joram, padre de Ozías.
9 Ozías fue padre de Joatam; Joatam, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías;
10 Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Josías;
11 Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia.
12 Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel;
13 Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacim; Eliacim, padre de Azor.
14 Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquim; Aquim, padre de Eliud;
15 Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob.
16 Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo.
17 El total de las generaciones es, por lo tanto: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta el destierro en Babilonia, catorce generaciones; desde el destierro en Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.
18 Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no han vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo.
19 José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
20 Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo.
21 Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados».
22 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta:
23 "La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel", que traducido significa: «Dios con nosotros».
24 Al despertar, José hizo lo que el Angel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa,
25 y sin que hubieran hecho vida en común, ella dio a luz un hijo, y él le puso el nombre de Jesús.
b) Capítulo 2
1 Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén
2 y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo».
3 Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén.
4 Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías.
5 «En Belén de Judea, –le respondieron–, porque así está escrito por el Profeta:
6 "Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel"».
7 Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella,
8 los envió a Belén, diciéndoles: «Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje».
9 Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño.
10 Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría,
11 y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra.
12 Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.
13 Después de la partida de los magos, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».
14 José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.
15 Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: "Desde Egipto llamé a mi hijo".
16 Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los mayor le habían indicado.
17 Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías:
18 "En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen".
19 Cuando murió Herodes, el Angel del Señor se apareció en sueños a José, que estaba en Egipto,
20 y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño».
21 José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel.
22 Pero al saber que Arquelao reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea,
23 donde se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo que había sido anunciado por los profetas: "Será llamado Nazareno".
c) EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS
Capítulo 1
1 Muchos han tratado de relatar ordenadamente los acontecimientos que se cumplieron entre nosotros,
2 tal como nos fueron transmitidos por aquellos que han sido desde el comienzo testigos oculares y servidores de la Palabra.
3 Por eso, después de informarme cuidadosamente de todo desde los orígenes, yo también he decidido escribir para ti, excelentísimo Teófilo, un relato ordenado,
4 a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido.
5 En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase sacerdotal de Abías. Su mujer, llamada Isabel, era descendiente de Aarón.
6 Ambos eran justos a los ojos de Dios y seguían en forma irreprochable todos los mandamientos y preceptos del Señor.
7 Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril; y los dos eran de edad avanzada.
8 Un día en que su clase estaba de turno y Zacarías ejercía la función sacerdotal delante de Dios,
9 le tocó en suerte, según la costumbre litúrgica, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso.
10 Toda la asamblea del pueblo permanecía afuera, en oración, mientras se ofrecía el incienso.
11 Entonces se le apareció el Angel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso.
12 Al verlo, Zacarías quedó desconcertado y tuvo miedo.
13 Pero el Angel le dijo: «No temas, Zacarías; tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu esposa, te dará un hijo al que llamarás Juan.
14 El será para ti un motivo de gozo y de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento,
15 porque será grande a los ojos del Señor. No beberá vino ni bebida alcohólica; estará lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre,
16 y hará que muchos israelitas vuelvan al Señor, su Dios.
17 Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con sus hijos y atraer a los rebeldes a la sabiduría de los justos, preparando así al Señor un Pueblo bien dispuesto».
18 Pero Zacarías dijo al Angel: «¿Cómo puedo estar seguro de esto? Porque yo soy anciano y mi esposa es de edad avanzada».
19 El Angel le respondió: «Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia.
20 Te quedarás mudo, sin poder hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo».
21 Mientras tanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías, extrañado de que permaneciera tanto tiempo en el Santuario.
22 Cuando salió, no podía hablarles, y todos comprendieron que había tenido alguna visión en el Santuario. El se expresaba por señas, porque había quedado mudo.
23 Al cumplirse el tiempo de su servicio en el Templo, regresó a su casa.
24 Poco después, su esposa Isabel concibió un hijo y permaneció oculta durante cinco meses.
25 Ella pensaba: «Esto es lo que el Señor ha hecho por mí, cuando decidió librarme de lo que me avergonzaba ante los hombres».
26 En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
27 a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
28 El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo».
29 Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
30 Pero el Angel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido.
31 Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús;
32 él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre,
33 reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin».
34 María dijo al Angel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?».
35 El Angel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
36 También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes,
37 porque no hay nada imposible para Dios».
38 María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho».Y el Angel se alejó.
39 En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.
40 Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
41 Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo,
42 exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!
43 ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
44 Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.
45 Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».
46 María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor,
47 y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador,
48 porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
49 porque el Todopoderoso he hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!
50 Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen.
51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.
52 Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.
53 Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.
54 Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia,
55 como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre».
56 María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.
57 Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo.
58 Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.
59 A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre;
60 pero la madre dijo: «No, debe llamarse Juan».
61 Ellos le decían: «No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre».
62 Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran.
63 Este pidió una pizarra y escribió: «Su nombre es Juan». Todos quedaron admirados. ]
64 Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
65 Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea.
66 Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: «¿Qué llegará a ser este niño?». Porque la mano del Señor estaba con él.
67 Entonces Zacarías, su padre, quedó lleno del Espíritu Santo y dijo proféticamente:
68 «Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su Pueblo,
69 y nos ha dado un poderoso Salvador en la casa de David, su servidor,
70 como lo había anunciado mucho tiempo antes, por boca de sus santos profetas,
71 para salvarnos de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odian.
72 Así tuvo misericordia de nuestros padres y se acordó de su santa Alianza,
73 del juramento que hizo a nuestro padre Abraham
74 de concedernos que, libres de temor, arrancados de las manos de nuestros enemigos,
75 lo sirvamos en santidad y justicia, bajo su mirada, durante toda nuestra vida.
76 Y tú, niño, serás llamado Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor preparando sus caminos,
77 para hacer conocer a su Pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados;
78 gracias a la misericordiosa ternura de nuestro Dios, que nos traerá del cielo la visita del Sol naciente,
79 para iluminar a los que están en las tinieblas y en la sombra de la muerte, y guiar nuestros pasos por el camino de la paz».
80 El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.
d) Capítulo 2
1 En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo.
2 Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria.
3 Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen.
4 José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David,
5 para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
6 Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre;
7 y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.
8 En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche.
9 De pronto, se les apareció el Angel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor,
10 pero el Angel les dijo: «No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo:
11 Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor.
12 Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre».
13 Y junto con el Angel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
14 ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él».
15 Después que los ángeles volvieron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado».
16 Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre.
17 Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño,
18 y todos los que los escuchaban quedaron admirados de que decían los pastores.
19 Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón.
20 Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido.
21 Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se el puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Angel antes de su concepción.
22 Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor,
23 como está escrito en la Ley: "Todo varón primogénito será consagrado al Señor".
24 También debían ofrecer un sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.
25 Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él
26 y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor.
27 Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley,
28 Angel lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:
29 «Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido,
30 porque mis ojos han visto la salvación
31 que preparaste delante de todos los pueblos:
32 luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel».
33 Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él.
34 Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción,
35 y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos».
36 Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casa en su juventud, había vivido siete años con su marido.
37 Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones.
38 Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
39 Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea.
40 El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.
41 Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua.
42 Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre,
43 y acababa la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta.
44 Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos.
45 Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él.
46 Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
47 Y todos los que los oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas.
48 Al ver, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: «Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados».
49 Jesús les respondió: «¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?».
50 Ellos no entendieron lo que les decía.
51 El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.
52 Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia, delante de Dios y de los hombres.
Capítulo 1
1 Muchos han tratado de relatar ordenadamente los acontecimientos que se cumplieron entre nosotros,
2 tal como nos fueron transmitidos por aquellos que han sido desde el comienzo testigos oculares y servidores de la Palabra.
3 Por eso, después de informarme cuidadosamente de todo desde los orígenes, yo también he decidido escribir para ti, excelentísimo Teófilo, un relato ordenado,
4 a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido.
5 En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase sacerdotal de Abías. Su mujer, llamada Isabel, era descendiente de Aarón.
6 Ambos eran justos a los ojos de Dios y seguían en forma irreprochable todos los mandamientos y preceptos del Señor.
7 Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril; y los dos eran de edad avanzada.
8 Un día en que su clase estaba de turno y Zacarías ejercía la función sacerdotal delante de Dios,
9 le tocó en suerte, según la costumbre litúrgica, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso.
10 Toda la asamblea del pueblo permanecía afuera, en oración, mientras se ofrecía el incienso.
11 Entonces se le apareció el Angel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso.
12 Al verlo, Zacarías quedó desconcertado y tuvo miedo.
13 Pero el Angel le dijo: «No temas, Zacarías; tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu esposa, te dará un hijo al que llamarás Juan.
14 El será para ti un motivo de gozo y de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento,
15 porque será grande a los ojos del Señor. No beberá vino ni bebida alcohólica; estará lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre,
16 y hará que muchos israelitas vuelvan al Señor, su Dios.
17 Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con sus hijos y atraer a los rebeldes a la sabiduría de los justos, preparando así al Señor un Pueblo bien dispuesto».
18 Pero Zacarías dijo al Angel: «¿Cómo puedo estar seguro de esto? Porque yo soy anciano y mi esposa es de edad avanzada».
19 El Angel le respondió: «Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia.
20 Te quedarás mudo, sin poder hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo».
21 Mientras tanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías, extrañado de que permaneciera tanto tiempo en el Santuario.
22 Cuando salió, no podía hablarles, y todos comprendieron que había tenido alguna visión en el Santuario. El se expresaba por señas, porque había quedado mudo.
23 Al cumplirse el tiempo de su servicio en el Templo, regresó a su casa.
24 Poco después, su esposa Isabel concibió un hijo y permaneció oculta durante cinco meses.
25 Ella pensaba: «Esto es lo que el Señor ha hecho por mí, cuando decidió librarme de lo que me avergonzaba ante los hombres».
26 En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
27 a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
28 El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo».
29 Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
30 Pero el Angel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido.
31 Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús;
32 él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre,
33 reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin».
34 María dijo al Angel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?».
35 El Angel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
36 También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes,
37 porque no hay nada imposible para Dios».
38 María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho».Y el Angel se alejó.
39 En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.
40 Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
41 Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo,
42 exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!
43 ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
44 Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.
45 Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».
46 María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor,
47 y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador,
48 porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
49 porque el Todopoderoso he hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!
50 Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen.
51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.
52 Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.
53 Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.
54 Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia,
55 como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre».
56 María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.
57 Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo.
58 Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.
59 A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre;
60 pero la madre dijo: «No, debe llamarse Juan».
61 Ellos le decían: «No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre».
62 Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran.
63 Este pidió una pizarra y escribió: «Su nombre es Juan». Todos quedaron admirados. ]
64 Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
65 Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea.
66 Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: «¿Qué llegará a ser este niño?». Porque la mano del Señor estaba con él.
67 Entonces Zacarías, su padre, quedó lleno del Espíritu Santo y dijo proféticamente:
68 «Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su Pueblo,
69 y nos ha dado un poderoso Salvador en la casa de David, su servidor,
70 como lo había anunciado mucho tiempo antes, por boca de sus santos profetas,
71 para salvarnos de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odian.
72 Así tuvo misericordia de nuestros padres y se acordó de su santa Alianza,
73 del juramento que hizo a nuestro padre Abraham
74 de concedernos que, libres de temor, arrancados de las manos de nuestros enemigos,
75 lo sirvamos en santidad y justicia, bajo su mirada, durante toda nuestra vida.
76 Y tú, niño, serás llamado Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor preparando sus caminos,
77 para hacer conocer a su Pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados;
78 gracias a la misericordiosa ternura de nuestro Dios, que nos traerá del cielo la visita del Sol naciente,
79 para iluminar a los que están en las tinieblas y en la sombra de la muerte, y guiar nuestros pasos por el camino de la paz».
80 El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.
d) Capítulo 2
1 En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo.
2 Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria.
3 Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen.
4 José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David,
5 para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
6 Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre;
7 y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.
8 En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche.
9 De pronto, se les apareció el Angel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor,
10 pero el Angel les dijo: «No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo:
11 Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor.
12 Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre».
13 Y junto con el Angel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
14 ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él».
15 Después que los ángeles volvieron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado».
16 Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre.
17 Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño,
18 y todos los que los escuchaban quedaron admirados de que decían los pastores.
19 Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón.
20 Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido.
21 Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se el puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Angel antes de su concepción.
22 Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor,
23 como está escrito en la Ley: "Todo varón primogénito será consagrado al Señor".
24 También debían ofrecer un sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.
25 Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él
26 y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor.
27 Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley,
28 Angel lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:
29 «Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido,
30 porque mis ojos han visto la salvación
31 que preparaste delante de todos los pueblos:
32 luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel».
33 Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él.
34 Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción,
35 y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos».
36 Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casa en su juventud, había vivido siete años con su marido.
37 Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones.
38 Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
39 Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea.
40 El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.
41 Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua.
42 Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre,
43 y acababa la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta.
44 Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos.
45 Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él.
46 Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
47 Y todos los que los oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas.
48 Al ver, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: «Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados».
49 Jesús les respondió: «¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?».
50 Ellos no entendieron lo que les decía.
51 El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.
52 Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia, delante de Dios y de los hombres.
English :
a) The Gospels. Matthew
Chapter 1
b) The Gospels. Matthew
Chapter 2
c) The Gospels. Luke
Chapter 1
d) The Gospels. Luke
Chapter 2
a) The Gospels. Matthew
Chapter 1
b) The Gospels. Matthew
Chapter 2
c) The Gospels. Luke
Chapter 1
d) The Gospels. Luke
Chapter 2
Italiano :
a) Vangelo secondo Matteo 1
b) Vangelo secondo Matteo 2
c) Vangelo secondo Luca 1
d) Vangelo secondo Luca 2
II. Textos del catecismo sobre san José :
(several languages)
437 El ángel anunció a los pastores el nacimiento de Jesús como el del Mesías prometido a Israel: "Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor" (Lc 2, 11). Desde el principio él es "a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo"(Jn 10, 36), concebido como "santo" (Lc 1, 35) en el seno virginal de María. José fue llamado por Dios para "tomar consigo a María su esposa" encinta "del que fue engendrado en ella por el Espíritu Santo" (Mt 1, 20) para que Jesús "llamado Cristo" nazca de la esposa de José en la descendencia mesiánica de David (Mt 1, 16; cf. Rm 1, 3; 2 Tm 2, 8; Ap 22, 16).
532 Con la sumisión a su madre, y a su padre legal, Jesús cumple con perfección el cuarto mandamiento. Es la imagen temporal de su obediencia filial a su Padre celestial. La sumisión cotidiana de Jesús a José y a María anunciaba y anticipaba la sumisión del Jueves Santo: "No se haga mi voluntad ..."(Lc 22, 42). La obediencia de Cristo en lo cotidiano de la vida oculta inauguraba ya la obra de restauración de lo que la desobediencia de Adán había destruido (cf. Rm 5, 19).
1014 La Iglesia nos anima a prepararnos para la hora de nuestra muerte ("De la muerte repentina e imprevista, líbranos Señor": Letanías de los santos), a pedir a la Madre de Dios que interceda por nosotros "en la hora de nuestra muerte" (Avemaría), y a confiarnos a san José, patrono de la buena muerte:
«Habrías de ordenarte en toda cosa como si luego hubieses de morir. Si tuvieses buena conciencia no temerías mucho la muerte. Mejor sería huir de los pecados que de la muerte. Si hoy no estás aparejado, ¿cómo lo estarás mañana?» (De imitatione Christi 1, 23, 1).
«Y por la hermana muerte, ¡loado mi Señor!
Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!»
(San Francisco de Asís, Canticum Fratris Solis)
1846 El Evangelio es la revelación, en Jesucristo, de la misericordia de Dios con los pecadores (cf Lc 15). El ángel anuncia a José: “Tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt 1, 21). Y en la institución de la Eucaristía, sacramento de la redención, Jesús dice: “Esta es mi sangre de la alianza, que va a ser derramada por muchos para remisión de los pecados” (Mt 26, 28).
2177 La celebración dominical del día y de la Eucaristía del Señor tiene un papel principalísimo en la vida de la Iglesia. “El domingo, en el que se celebra el misterio pascual, por tradición apostólica, ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta primordial de precepto” (CIC can. 1246, §1).
English :
«Habrías de ordenarte en toda cosa como si luego hubieses de morir. Si tuvieses buena conciencia no temerías mucho la muerte. Mejor sería huir de los pecados que de la muerte. Si hoy no estás aparejado, ¿cómo lo estarás mañana?» (De imitatione Christi 1, 23, 1).
«Y por la hermana muerte, ¡loado mi Señor!
Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!»
(San Francisco de Asís, Canticum Fratris Solis)
2177 La celebración dominical del día y de la Eucaristía del Señor tiene un papel principalísimo en la vida de la Iglesia. “El domingo, en el que se celebra el misterio pascual, por tradición apostólica, ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta primordial de precepto” (CIC can. 1246, §1).
«Igualmente deben observarse los días de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, Epifanía, Ascensión, Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Santa María Madre de Dios, Inmaculada Concepción y Asunción, San José, Santos Apóstoles Pedro y Pablo y, finalmente, todos los Santos»
English :
437 To the shepherds, the angel announced the birth of Jesus as the Messiah promised to Israel: "To you is born this day in the city of David a Saviour, who is Christ the Lord." From the beginning he was "the one whom the Father consecrated and sent into the world", conceived as "holy" in Mary's virginal womb. God called Joseph to "take Mary as your wife, for that which is conceived in her is of the Holy Spirit", so that Jesus, "who is called Christ", should be born of Joseph's spouse into the messianic lineage of David.
532 Jesus' obedience to his mother and legal father fulfils the fourth commandment perfectly and was the temporal image of his filial obedience to his Father in heaven. the everyday obedience of Jesus to Joseph and Mary both announced and anticipated the obedience of Holy Thursday: "Not my will. . ." The obedience of Christ in the daily routine of his hidden life was already inaugurating his work of restoring what the disobedience of Adam had destroyed.
1014 The Church encourages us to prepare ourselves for the hour of our death. In the litany of the saints, for instance, she has us pray: "From a sudden and unforeseen death, deliver us, O Lord"; to ask the Mother of God to intercede for us "at the hour of our death" in the Hail Mary; and to entrust ourselves to St. Joseph, the patron of a happy death.
Every action of yours, every thought, should be those of one who expects to die before the day is out. Death would have no great terrors for you if you had a quiet conscience .... Then why not keep clear of sin instead of running away from death? If you aren't fit to face death today, it's very unlikely you will be tomorrow ....
Praised are you, my Lord, for our sister bodily Death,
from whom no living man can escape.
Woe on those who will die in mortal sin!
Blessed are they who will be found in your most holy will,
for the second death will not harm them.
1846 The Gospel is the revelation in Jesus Christ of God's mercy to sinners. The angel announced to Joseph: "You shall call his name Jesus, for he will save his people from their sins." The same is true of the Eucharist, the sacrament of redemption: "This is my blood of the covenant, which is poured out for many for the forgiveness of sins."
2177 The Sunday celebration of the Lord's Day and his Eucharist is at the heart of the Church's life.
"Sunday is the day on which the paschal mystery is celebrated in light of the apostolic tradition and is to be observed as the foremost holy day of obligation in the universal Church."
"Also to be observed are the day of the Nativity of Our Lord Jesus Christ,
the Epiphany,
the Ascension of Christ,
the feast of the Body and Blood of Christi,
the feast of Mary the Mother of God,
her Immaculate Conception,
her Assumption,
the feast of Saint Joseph,
the feast of the Apostles Saints Peter and Paul, and the feast of All Saints."
Every action of yours, every thought, should be those of one who expects to die before the day is out. Death would have no great terrors for you if you had a quiet conscience .... Then why not keep clear of sin instead of running away from death? If you aren't fit to face death today, it's very unlikely you will be tomorrow ....
Praised are you, my Lord, for our sister bodily Death,
from whom no living man can escape.
Woe on those who will die in mortal sin!
Blessed are they who will be found in your most holy will,
for the second death will not harm them.
2177 The Sunday celebration of the Lord's Day and his Eucharist is at the heart of the Church's life.
"Sunday is the day on which the paschal mystery is celebrated in light of the apostolic tradition and is to be observed as the foremost holy day of obligation in the universal Church."
"Also to be observed are the day of the Nativity of Our Lord Jesus Christ,
the Epiphany,
the Ascension of Christ,
the feast of the Body and Blood of Christi,
the feast of Mary the Mother of God,
her Immaculate Conception,
her Assumption,
the feast of Saint Joseph,
the feast of the Apostles Saints Peter and Paul, and the feast of All Saints."
III. Textos del Código de derecho canónico sobre san José :
(several languages)
can. 1246, §1«Igualmente deben observarse los días de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, Epifanía, Ascensión, Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Santa María Madre de Dios, Inmaculada Concepción y Asunción, San José, Santos Apóstoles Pedro y Pablo y, finalmente, todos los Santos»
IV. Magisterio pontificio :
(several languages)
1. LEÓN XIII
a) Quamquam pluries. León XIII.
Carta encíclica.
Sobre la devoción a San José.
QUAMQUAM PLURIES. Santa Sede. LEÓN XIII.
2. BENEDÍCTO XV
a) La devozione a San Giuseppe, da mezzo secolo patrono della Chiesa Cattolica.
SANTA SEDE. Bonum Sane. Motu proprio. BENEDÍCTO XV.
3. PÍO XII
a) Preghiera a San Giuseppe artigiano.
SANTA SEDE. Pío XII.
- SAN JOSÉ ARTESANO :
Castellano :
Italiano :
4. JUAN XXIII
a) Le Vocis. Juan XXIII.
Carta Apostólica.
Sobre el fomento de la devoción a San José.
LE VOCIS. Santa Sede. JUAN XXIII.
5, PABLO VI
a) Il dramma sentimentale di San Giuseppe.
SANTA SEDE. Solennitá di san Giuseppe. PAOLO VI.
b) Los sueños reveladores de San José :
SS.Pablo VI
Castellano :
Italiano :
6. JUAN PABLO II
a) Redemptoris custos. Juan Pablo II.
Exhortación Apostólica.
El Custodio del Redentor.
Português :
English :
Deutsch :
Italiano :
Castellano :
b) San José perseveró con fidelidad y amor en su misión.
SANTA SEDE. Homilía. Solemnidad de San José. Juan Pablo II.
7. BENEDÍCTO XVI
a) El silencio de José .
Santa Sede. Benedícto XVI. Audiencia General.
b) San José y la obediencia a la Providencia.
Santa Sede. Benedícto XVI. Ángelus.
8. FRANCISCO
a)¿Cómo ejerce José esta custodia?
SANTA SEDE. Santa Misa, imposición del Palio y entrega del anillo del Pescador en el solemne inicio del Ministerio Patrino del Obispo de Roma.
Castellano :
Italiano :
b) San José, educador.
SANTA SEDE. Audiencia General. FRANCISCO.
V. Publicaciones de la Santa Sede sobre san José :
(several languages)
a) La mención del nombre de José en la Oración eucarística II, III y IV del Misal Romano.
SANTA SEDE. Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos.
SANTA SEDE. Ufficcio delle Celebrazione Liturgiche del Sommo Pontefice
VI. Oraciones a san José :
(several languages)
a) Consagración a San José.
Castellano :
Italiano :
b) Letanías a San José.
Castellano :
Italiano :
VII. Publicaciones sobre san José :
(several languages)
a) ZENIT. ITALIANO
b) ZENIT. CASTELLANO :
c) ZENIT. ENGLISH :
IX. Mis post sobre san José :
(several languages)
1) Los miércoles de SAN JOSÉ .
2) SAN JOSÉ obrero.
3) SAN JOSÉ : custodio del Redentor, de virgenes y de las familias.
4) Mes de marzo, mes de SAN JOSÉ
5) Día 1º. Marzo.
6) Día 2ª Marzo
José, elegido por Dios para esposo virginal de María virgen.
7) Día 3º Marzo
8) Día 4º Marzo
9) Día 5º Marzo
10) Día 6º Marzo
11) Día 7º Marzo
12) Día 8º Marzo
13) Día 9º Marzo
14) Día 10º Marzo
15) Día 11º Marzo
16) Día 12º Marzo
17) Día 13º Marzo
18) Día 14º Marzo
19) Día 15º Marzo
20) Día 16º Marzo
21) Día 17º Marzo
22) Día 18º Marzo
23) Día 19º Marzo
24) Día 20º Marzo
25) Día 21º
26) Día 22º
27) Día 23º
28) Día 24º
29) Día 25º
30) Día 26º
31) Día 27º
32) Día 28º
33) Día 29º
34) Día 30º
José, elegido por Dios para padre de Jesús.
6) Día 2ª Marzo
José, elegido por Dios para esposo virginal de María virgen.
7) Día 3º Marzo
José, custodio de la Sacra Familia
8) Día 4º Marzo
José, Custodio de virgenes
9) Día 5º Marzo
José, Jefe de familia
10) Día 6º Marzo
José, es una persona "justa"
11) Día 7º Marzo
José, emocionalmente está derrumbado
12) Día 8º Marzo
José, reconduce su sexualidad
13) Día 9º Marzo
José, su gozo diario
14) Día 10º Marzo
José, el don de la familia
15) Día 11º Marzo
José, un referente de virilidad
16) Día 12º Marzo
José, obediente a Dios
17) Día 13º Marzo
José, siempre cerca de la Madre de Dios
18) Día 14º Marzo
José, maestro de Jesús
19) Día 15º Marzo
José, esposo de María virgen
José, tuvo que emigrar
21) Día 17º Marzo
José, trabaja para conseguir el sustento a su familia
22) Día 18º Marzo
José, ejemplo de fidelidad
23) Día 19º Marzo
José, y su silencio
24) Día 20º Marzo
José y sus palabras
25) Día 21º
José, y los ángeles
26) Día 22º
José, una persona educada
27) Día 23º
José, una persona versátil
28) Día 24º
José, y su radicalidad
29) Día 25º
José, su paternidad se extendió a través de los siglos
30) Día 26º
José, siempre abierto a la esperanza
31) Día 27º
José, buen ciudadano
32) Día 28º
José, protector de las vocaciones a la Vida Consagrada
33) Día 29º
José, modelo sacerdotal
34) Día 30º
José, Custodio de la Iglesia
35) Día 31º
Y a ti: el gran José de Nazaret..
protege al pueblo de tu Dios,
protege al pueblo que ama a tu dulce Esposa, Virgen y Madre de Dios,
protege al pueblo que cada año busca renovarse en el amor a tu Hijo, el dulce Niño de Belén,
ese Niño-Hombre y Dios que quiso necesitar de un padre como tu, para él mismo y para cada uno de nosotros,
¡ven querido Patriarca y padre a fortalecer la historia de la Iglesia de tu HIJO DIOS!!...
te amamos y nos confiamos a ti..
¡Custódianos!!!..
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