Todos :
Invocación al Espíritu Santo
/ EL SEÑOR OS DARÁ SU ESPÍRITU SANTO,
YA NO TEMÁIS, ABRID EL CORAZÓN.
DERRAMARÁ TODO SU AMOR. / (2)
1. Él transformará hoy vuestra vida,
os dará la fuerza para amar.
No perdáis vuestra esperanza, Él os salvará.
Él transformará todas las penas,
como a hijos os acogerá.
Abrid vuestros corazones a la libertad.
2. Fortalecerá todo cansancio
si al orar dejáis que os dé su paz,
brotará vuestra alabanza,
Él os hablará.
Os inundará de un nuevo gozo
con el don de la fraternidad.
Abrid vuestros corazones
a la libertad.
VIDEO
Animador :
Introducción
Yá en el 6º día de nuestra novena, nos detenemos en meditar, esa capacidad creativa de nuestro Padre san José.
Siempre hemos escuchado que el amor crea, Si Dios mismo por excelencia es ese Amor con mayúsculas, es el Amor creador de nuestro Cosmos, nos ha creado a nosotros mismos, sin necesidad de nosotros mismos... sólo por amor. Es que entonces, el amor humano también se ve influenciado, redimensionado por ese Amor Creativo, que es la persona misma de Dios. Insisto es el Creador por excelencia, diría que su Ser es solo Creación amorosa, añadiendo siempre el adjetivo del amor.
Iden para la persona de José y una gran invitación para cada uno de nosotros : el crear por amor.
Desde que nos encontramos en este "valle de lágrimas", el ser humano ha debido luchar para alcanzar la felicidad, o momentos de felicidad, pero san José nos abre una nueva perspectiva del amor : su valentía creativa.
Siempre supo responder valientemente y casi en el acto, de manera positiva y novedosa. No se quedó en el dolor, o sufriendo pasivamente la adversidad, sino que dócil a las inspiraciones divinas sale airosamente y de manera resolutiva de ellas en su plena confianza a la providencia de Dios, que nunca abandona a sus hijos.
Sabe responder a las necesidades y así cumple su misión de Custodio y Padre de Jesús, y Esposo virginal de María Madre.
Que descubramos también cada uno de nosotros cómo podemos "custodiar" a los más débiles y necesitados de nuestros tiempos de manera valiente y creativa, como lo hizo nuestra gran Patriarca José de Nazareth.
Animador :
Texto a meditar
Escuchamos con mucha atención el texto...
(Música de fondo opcional : VIDEO )
Lector 1 :
5. Padre de la valentía creativa
Si la primera etapa de toda verdadera curación interior es acoger la propia historia, es decir, hacer espacio dentro de nosotros mismos incluso para lo que no hemos elegido en nuestra vida, necesitamos añadir otra característica importante: la valentía creativa.
Lector 2:
Esta surge especialmente cuando encontramos dificultades. De hecho, cuando nos enfrentamos a un problema podemos detenernos y bajar los brazos, o podemos ingeniárnoslas de alguna manera. A veces las dificultades son precisamente las que sacan a relucir recursos en cada uno de nosotros que ni siquiera pensábamos tener.
Lector 1:
Muchas veces, leyendo los “Evangelios de la infancia”, nos preguntamos por qué Dios no intervino directa y claramente. Pero Dios actúa a través de eventos y personas. José era el hombre por medio del cual Dios se ocupó de los comienzos de la historia de la redención. Él era el verdadero “milagro” con el que Dios salvó al Niño y a su madre.
Lector 2:
El cielo intervino confiando en la valentía creadora de este hombre, que cuando llegó a Belén y no encontró un lugar donde María pudiera dar a luz, se instaló en un establo y lo arregló hasta convertirlo en un lugar lo más acogedor posible para el Hijo de Dios que venía al mundo (cf. Lc 2,6-7). Ante el peligro inminente de Herodes, que quería matar al Niño, José fue alertado una vez más en un sueño para protegerlo, y en medio de la noche organizó la huida a Egipto (cf. Mt 2,13-14).
Lector 1:
De una lectura superficial de estos relatos se tiene siempre la impresión de que el mundo esté a merced de los fuertes y de los poderosos, pero la “buena noticia” del Evangelio consiste en mostrar cómo, a pesar de la arrogancia y la violencia de los gobernantes terrenales, Dios siempre encuentra un camino para cumplir su plan de salvación. Incluso nuestra vida parece a veces que está en manos de fuerzas superiores, pero el Evangelio nos dice que Dios siempre logra salvar lo que es importante, con la condición de que tengamos la misma valentía creativa del carpintero de Nazaret, que sabía transformar un problema en una oportunidad, anteponiendo siempre la confianza en la Providencia.
Lector 2:
Si a veces pareciera que Dios no nos ayuda, no significa que nos haya abandonado, sino que confía en nosotros, en lo que podemos planear, inventar, encontrar.
Lector 1:
Es la misma valentía creativa que mostraron los amigos del paralítico que, para presentarlo a Jesús, lo bajaron del techo (cf. Lc 5,17-26). La dificultad no detuvo la audacia y la obstinación de esos amigos.
Lector 2:
Ellos estaban convencidos de que Jesús podía curar al enfermo y «como no pudieron introducirlo por causa de la multitud, subieron a lo alto de la casa y lo hicieron bajar en la camilla a través de las tejas, y lo colocaron en medio de la gente frente a Jesús. Jesús, al ver la fe de ellos, le dijo al paralítico: “¡Hombre, tus pecados quedan perdonados!”» (vv. 19-20). Jesús reconoció la fe creativa con la que esos hombres trataron de traerle a su amigo enfermo.
Lector 1:
El Evangelio no da ninguna información sobre el tiempo en que María, José y el Niño permanecieron en Egipto. Sin embargo, lo que es cierto es que habrán tenido necesidad de comer, de encontrar una casa, un trabajo. No hace falta mucha imaginación para llenar el silencio del Evangelio a este respecto.
Lector 2:
La Sagrada Familia tuvo que afrontar problemas concretos como todas las demás familias, como muchos de nuestros hermanos y hermanas migrantes que incluso hoy arriesgan sus vidas forzados por las adversidades y el hambre. A este respecto, creo que san José sea realmente un santo patrono especial para todos aquellos que tienen que dejar su tierra a causa de la guerra, el odio, la persecución y la miseria.
Lector 1:
Al final de cada relato en el que José es el protagonista, el Evangelio señala que él se levantó, tomó al Niño y a su madre e hizo lo que Dios le había mandado (cf. Mt 1,24; 2,14.21). De hecho, Jesús y María, su madre, son el tesoro más preciado de nuestra fe[21].
Lector 2:
En el plan de salvación no se puede separar al Hijo de la Madre, de aquella que «avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo fielmente su unión con su Hijo hasta la cruz»[22].
Lector 1:
Debemos preguntarnos siempre si estamos protegiendo con todas nuestras fuerzas a Jesús y María, que están misteriosamente confiados a nuestra responsabilidad, a nuestro cuidado, a nuestra custodia. El Hijo del Todopoderoso viene al mundo asumiendo una condición de gran debilidad. Necesita de José para ser defendido, protegido, cuidado, criado. Dios confía en este hombre, del mismo modo que lo hace María, que encuentra en José no sólo al que quiere salvar su vida, sino al que siempre velará por ella y por el Niño.
Lector 2:
En este sentido, san José no puede dejar de ser el Custodio de la Iglesia, porque la Iglesia es la extensión del Cuerpo de Cristo en la historia, y al mismo tiempo en la maternidad de la Iglesia se manifiesta la maternidad de María[23]. José, a la vez que continúa protegiendo a la Iglesia, sigue amparando al Niño y a su madre, y nosotros también, amando a la Iglesia, continuamos amando al Niño y a su madre.
Lector 1:
Este Niño es el que dirá: «Les aseguro que siempre que ustedes lo hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron» (Mt 25,40). Así, cada persona necesitada, cada pobre, cada persona que sufre, cada moribundo, cada extranjero, cada prisionero, cada enfermo son “el Niño” que José sigue custodiando.
Lector 2:
Por eso se invoca a san José como protector de los indigentes, los necesitados, los exiliados, los afligidos, los pobres, los moribundos. Y es por lo mismo que la Iglesia no puede dejar de amar a los más pequeños, porque Jesús ha puesto en ellos su preferencia, se identifica personalmente con ellos.
Lector 1:
De José debemos aprender el mismo cuidado y responsabilidad: amar al Niño y a su madre; amar los sacramentos y la caridad; amar a la Iglesia y a los pobres. En cada una de estas realidades está siempre el Niño y su madre.
Animador :
Reflexiones libres compartidas
A continuación podemos compartir aquello que más no ha impresionado del texto leído...
Respondemos a cada intervención cantando el estribillo :
Momento de silencio
Animador :
Cantamos y meditamos...
Canto
1. Cuando sientas que el destino
pone un alto en tu camino
cuando sientas que la duda
llena ya tu corazón.
Cuando sientas que las fuerzas
se convierten en tristezas
cuando sientas que tu vida
no tiene el mismo tesón.
Dice la voz de un amigo:
¡tú eres un nuevo José!
¡Tú eres un nuevo José!
¡Tú eres un nuevo José!
Que se pone en el camino
para llegar a su Dios.
¡Tú eres un nuevo José!
¡Tú eres un nuevo José!
¡Tú eres un nuevo José!
Y que muestra su alegría,
junto a Jesús y María
¡Tú eres un nuevo José!
2. Cuanto tengas apatías,
y también tus alegrías,
no te frenes, sino piensa,
que tienes que caminar.
Cuando no encuentres camino,
ni la mano de un amigo,
cuando el cansancio te invada:
tu espíritu vencerá.
Dice la voz de un amigo:
¡tú eres un nuevo José!
¡Tú eres un nuevo José! . . .
(Final)
¡Tú eres un nuevo José!
¡Tú eres un nuevo José!
¡Tú eres un nuevo José!
Animador :
Peticiones
Seguidamente elevamos nuestras preces a nuestro Padre Dios Creador...
Lector 3:
Por todos los gobernantes, para que sepan vivir plenamente su vocación política de servicio y de búsqueda del bien común de los pueblos que han confiado en ellos, a través del voto ciudadano. OREMOS..
San José, ayúdanos a ser creativos buscando siempre el bien común y no intereses personales egocéntricos que tanta pobreza producen.
Lector 4:
Por todos los políticos, por su coherencia de vida, para que vivan plenamente su vocación de servicio y de ayuda a los más vulnerables de la sociedad. OREMOS...
San José, ayúdanos a ser creativos buscando siempre el bien común y no intereses personales egocéntricos que tanta pobreza producen.
Lector 3:
Por todas las agrupaciones políticas, para que sepan sanear sus estructuras, muchas veces de corrupción que tanto daño hace a nuestra sociedad, perjudicando en primera instancia a los más desprotegidos y necesitados de nuestros pueblos. OREMOS...
San José, ayúdanos a ser creativos buscando siempre el bien común y no intereses personales egocéntricos que tanta pobreza producen.
Lector 4:
Por todos los sindicatos y asociaciones afines, para que libres de todo interés político mezquino, logren alcanzar el objetivo por el cuál fueron fundados: buscar y alcanzar condiciones laborativas justas y solidarias para todos los trabajadores. OREMOS...
San José, ayúdanos a ser creativos buscando siempre el bien común y no intereses personales egocéntricos que tanta pobreza producen.
Lector 3:
Por todas las asociaciones, ongs, para que no desvirtúen sus objetivos de ayuda y beneficio a diversos sectores de nuestra sociedad. OREMOS...
San José, ayúdanos a ser creativos buscando siempre el bien común y no intereses personales egocéntricos que tanta pobreza producen.
Lector 4:
Por Caritas, para que continúe ayudando a los grupos más precarios de nuestro mundo, de manera siempre organizada y eficiente. OREMOS...
San José, ayúdanos a ser creativos buscando siempre el bien común y no intereses personales egocéntricos que tanta pobreza producen.
Lector 3:
Por todos aquellos que en sencilléz y en verdad, comparten sus bienes con los más necesitados, Dios les conceda el don de la Vida Eterna. OREMOS...
San José, ayúdanos a ser creativos buscando siempre el bien común y no intereses personales egocéntricos que tanta pobreza producen.
Animador :
Podemos agregar necesidades voluntarias...
Momento de silencio
Todos :
Letanías a San José
Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre.... por las intenciones del Santo Padre.
Animador :
Despedida
Agradeciendo a nuestro Padre Dios que nos ha creado por un libre amor, el hecho de estar congregados en oración y confiados de que escucha nuestras súplicas y las lleva a buen fin, cómo lo hizo en la vida de nuestros querido San José, nos despedimos.
Animador :
Cantamos y meditamos...
Canto
1. Hijo mío: ¡Por piedad!
¿Dónde has estado?
¡Tanta angustia me ha matado!
Y tu Madre… ¡Te ha buscado!
¿Por qué nos dejas?
¡No avisas a dónde vas!
El desvelo nos agobia…
Y el pendiente de tu ausencia.
¿NO SABÍAS QUE YO TENGO QUE OCUPARME
2. Y a María: ¡la mujer que tanto amo!
Una espada ha atravesado
ese pecho… que es su alegría.
3. Ahora vuelves:
¡Tanto ya te hemos buscado!
¡La enseñanza no ha acabado:
¡No es tu turno todavía!
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